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Soy autodidacta.

 

Una noche de enero de 2012 salieron inesperadamente unos bailarines de mis lápices de colores.

 

Detrás suyo esperaban turno otros seres: damas, acróbatas, mariposas, libélulas, abuelitas, emperadores, contrabajos, paraguas, estrellas, princesas, relojes, hadas, sueños, ventanas...,  y fueron saliendo en silencio, uno detrás de otro...

 

Al cabo de un tiempo mi papá me regaló sus óleos Goya, su caballete y sus pinceles... Me dijo que dentro de los tubos había centenares de almas que llevaban tiempo dormidas y que debían ser liberadas... y me ocupé de ello, hasta hoy.

 

Sólo sé pintar almas.

 

 

 

 

Los colores del alma, arte, lienzo
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